De creatividad se habla mucho y en distintos espacios, pero ¿por qué está insistencia y a qué definición de creatividad nos referimos cuando la orientamos a la educación?
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Revisando estudios sobre la importancia de la creatividad en nuestra vida contemporánea y particularmente en el ámbito pedagógico, Paula de Solminihac tomó algunas de las ideas incluidas en el Marco de pensamiento Creativo, PISA (2021) y en Educational Research and Innovation, Fostering Students’ Creativity and Critical Thinking: What it Means in School, OECD, (2019) para orientarnos sobre la creatividad enfatizando en su poder transformador.
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El pensamiento creativo es una competencia tangible, asentada en el conocimiento y la práctica, que ayuda a las personas a conseguir mejores resultados, muchas veces en ambientes difíciles y apremiantes. Es una habilidad que usamos para imaginar nuevas maneras de resolver problemas, hacer conexiones originales y aproximarnos a los desafíos desde ángulos insospechados.
Las habilidades socioemocionales como la creatividad y el pensamiento crítico son “un hábito de la mente”. No están basadas en fórmulas, sino que juegan con lo imprevisto y generan formas de pensamientos que irradian otros dominios de la vida cotidiana, ejerciendo un efecto multiplicador muy positivo.
Plucker, Beghetto y Dow (2004[5]) definen creatividad como:
«la interacción entre aptitud, proceso y ambiente con la cual un individuo o grupo produce un producto perceptible que es nuevo y útil según el contexto social«, lo cual refleja su naturaleza social y multidimensional, definición que en Nube Lab hemos acuñado bajo el lema de La creatividad es el recurso renovable del futuro.
Si bien es cierto que el pensamiento creativo está detrás de algunos tipos de innovaciones que tienen un impacto en toda la sociedad (como en las artes y las tecnologías), también es un fenómeno más universal y democrático de lo que se podría creer en un primer momento. Esto quiere decir que cada individuo tiene el potencial de pensar creativamente (OCDE, 2017[3]).
En general, la literatura está de acuerdo en que la creatividad cotidiana puede ser desarrollada con la práctica y perfeccionada con la educación.