Definitivamente llegó la primavera. En Nube Lab le dimos la bienvenida haciendo arte con nuestros estudiantes y sus familias, e invitando a docentes a conocer nuestra historia y nuevos proyectos. Con la feria, Nube se presentó e informó a la comunidad sobre las maneras en que actúa y las formas de acceder a un trabajo conjunto.
Una bandera con el nuevo logotipo de Nube Lab flamea en el Parque Padre Hurtado indicando la ubicación del taller, y un mural en proceso que se estaba realizando en las paredes exteriores fueron las primeras cosas que vieron las personas entusiastas del arte y la educación al llegar a la Feria para Escuelas Nube Lab 2021 .
Así fue como el pasado jueves y viernes fueron acercándose los visitantes, iniciando recorridos espontáneos por el taller. Hubo quienes se detuvieron en el diario mural -al cual llamamos “Tren”-. justo a un costado de la entrada principal. Ese “Tren” es en realidad una estructura de madera con ruedas, ventanas, cajones y fondo azul donde dejamos información escrita, palabras inspiradores y, en esta oportunidad, expusimos los resultados artísticos que niñas y niños hicieron durante los dos primeros meses de los “Viernes de Parque” :talleres para los estudiantes y sus familias que no pudimos conocer de forma presencial debido a la pandemia y que desde agosto hemos tenido el agrado de compartir y disfrutar con ellos a través del arte, en un entorno natural y seguro.
En ese “trencito” mostramos registros de nuestros encuentros acompañados de las actividades Guirnaldas, Sáltalo, Yeso Poliedro y Volantines. Una vez que las personas curiosearon los detalles de las actividades, se voltearon para tantear cómo seguir el camino. Desde la plataforma de madera donde estaban parados, se observaba la pequeña huerta y las enredaderas, el patio con su fuente de agua, con sillas y mesas para sentarse a conversar. Además, en uno de los muros exteriores colgaban láminas de papel donde se inscribió la historia de Nube desde sus inicios hasta la actualidad.
En la sala calamar se dispusieron los materiales para realizar la actividad plumones. una herramienta de expresión creada a partir de envases reciclados, tinta y algodón. Mientras los asistentes del taller escribían mensajes con sus plumones ya construidos, otras visitas recorrían audiovisualmente la Escuela Virtual Nube Lab, un proyecto realizado con el apoyo de Fundación Mustakis– y que pronto podrá ser un espacio educativo para muchos más estudiantes a lo largo del país. Al lado de la pantalla, sobre una pizarra de tiza, se agregaron los programas de Nube, es decir, todas las modalidades en que unimos la educación y el arte contemporáneo para fomentar la creatividad. Esta información -también disponible en nuestra página web– responde a las preguntas sobre cómo Nube trabaja con las comunidades educativas y de qué manera se pueden acceder a las actividades que diseñamos.
En el centro de esta misma sala se destacó la gran maqueta de Nube en miniatura. Representando hitos del pasado, acciones del presente y proyectos futuros, el artista Javier Otero levantó en maderas de colores los propósitos de Nube Lab. La maqueta es en sí misma una escultura y en ella se pueden reconocer nuestras iniciativas. En amarillo está simbolizado el espacio que tenemos y el espacio que soñamos crear prontamente: la oficina, la bodega de materiales, talleres para artistas, una microeditorial. En celeste, figuras de antenas con dibujos colgados irradian y repiten -como sucede con los canales de comunicación contemporáneos- las clases de la Escuela Virtual de Nube y los contenidos audiovisuales de la fundación. Hay también personajes, arbolitos, zonas verdes, recuerdos de la exposición en la Sala de Arte CCU e intervenciones en distintas partes de la ciudad donde Nube ha llegado con sus propuestas artísticas.
“Fue un trabajo largo que hice en mi taller personal y en Nube parte por parte, paso por paso” dice Javier Otero. La maqueta construida por Javier, con sus numerosos elementos movibles, es una interesante forma de graficar las esperanzas de Nube en relación a los desafíos educativos de la actualidad. Valores como la creatividad, la colaboración y la sustentabilidad son interpretados en la obra así como su alcance para llegar a docentes, escuelas y familias en todo Chile.
“El lugar es muy lindo”. “Que importante es profundizar en temas cotidianos”. “Mira la forma en que reutilizan los materiales!”. Esas son algunas de las frases que pudimos escuchar de las y los profes que recorrieron el taller. Esas voces se intensificaron al entrar a la sala Cóndor -el nombre que usamos en Nube para distinguirla-. Aquí se desplegaron con toda su potencia los productos educativos que hicimos para llegar a las casas de nuestros estudiantes durante la pandemia y que hoy están disponibles en el “Kiosco Nube” para todos quienes quieran llevar el arte y la educación a sus casas.
Serigrafías, libros, actividades, juegos y algunos textos explicativos armaron el guión de la sala. Todo se pudo ver y tocar. Todo estaba abierto sobre las mesas y hasta colgando del techo. En evidencia quedó la simpleza de los materiales que Nube decide usar: la riqueza de lo sencillo y de lo “cotidiano” como dijo una profe, su particular estética sacando provecho del reciclaje y la reutilización que los transforma en objetos inesperados, novedosos y comprensibles. La presentación de estos materiales no necesitó mayor explicación, sin embargo Elena Loson y Catalina Pavez estuvieron pendientes de resolver las dudas que fueron surgiendo, sobre todo en cuanto a los contenidos interdisciplinarios de cada actividad.
En la tercera sala de nuestro taller, la sala Puma, montamos el set de televisión. Ese set que dio vida al programa de televisión “Oye, ¿Vamos al Taller?” (transmitido por la señal cultural y familiar NTV) y un gran número de tutoriales. Durante el 2020, en el duro periodo de la pandemia, esta sala no dejó de funcionar y se convirtió en un espacio de producción audiovisual para seguir educando a distancia. En este lugar se proyectaron los 8 episodios del programa de tv, y se exhibieron los personales, claquetas, pizarras diseñadas, y varios elementos de grabación y escenificación.
Sumado a todo este panorama hubo arte en vivo y en directo. La sorpresa que deslumbró a los participantes de la feria fue ver la pintura de un mural en tiempo real. Aníbal Bley, artista, músico y colaborador permanente de Nube Lab, estuvo dos días trabajando sobre una de las paredes del taller.
“Extraño el arte de los niños” comentó mientras trabajaba y recordaba las clases presenciales que él guiaba en Nube. En blanco y negro, Aníbal ilustró personajes a partir de herramientas comunes en el arte y la educación: lápices, tijera, pincel y un tarro de pintura.
A medida que el mural iba concluyendo, despedimos la jornada con palabras de agradecimiento.
“Esperamos poder repetir esta experiencia y ampliarla a más personas” mencionó Paula de Solminihac, artista y Directora Ejecutiva de Nube Lab.