Enseñar siempre: en el patio y en la calle como en la sala de clase.
Gabriela Mistral [1]
Mucho se ha dicho sobre la importancia de Gabriela Mistral en el ámbito pedagógico, pero pocas veces se ha explicitado cuál fue su manera de entender la educación. Para Mistral, la poética educativa es equivalente a considerar la pedagogía como arte, y más allá de la rectitud, decencia y decoro que ella asocia a la figura de «la maestra», existe una búsqueda por la belleza y la experiencia que no se aprende en ninguna institución, sino a través de la vida y el reconocimiento particular de cada contexto.
Para la poeta, el viaje representó el contacto con esos diferentes contextos y, por lo mismo, el encuentro de nuevos conocimientos. No sólo visitó Chile de punta a punta, sino también Argentina, Uruguay, Brasil, Centro América y el Caribe, Italia, España, Portugal, París y Estados Unidos en tres oportunidades. En estos viajes laborales y mayoritariamente protocolares (por su cargo de Cónsul) tuvo la oportunidad de aprender nuevas maneras de entender la pedagogía. Tal como acostumbran hacer los artistas luego de terminar sus primeros estudios, ella viajó y expandió sus perspectivas para poder llegar a escribir Imagen y palabra en la educación (1956).
El tema del viaje de estudio es una práctica social vieja, antes exclusivamente aristocrática y burguesa, que en el último siglo se ha popularizado hasta incluso incorporarse a todas las instituciones escolares del país. Las visitas pedagógicas son una forma de incorporar el potencial de las giras de estudio en el cotidiano de los alumnos, dándoles la oportunidad de salir de sus escuelas para conocer la ciudad y otras maneras de cultivarse, oportunidad que se da por lo menos una vez al año.
Todos podemos recordar esa vez que fuimos a La Moneda o al Teatro Municipal, a veces a un zoológico o a un museo de ciencias o arte. ¿Qué aprendimos en esas instancias? Quizás esas visitas no significaron más que un destello visual agarrado a nuestra memoria y quizás acompañada de alguna que otra anécdotas divertida junto a nuestros compañeros. Pero entonces, ¿cómo el viaje y el potencial de las visitas pedagógicas se aprovechan en nuestro sistema educativo?
Esa es la pregunta que Nube se hace y busca contestar armando un programa cuidadosamente delineado que enseña, desde la práctica, a diversos de estudiantes. Con cuatro diferentes actividades que mezclan arte, matemáticas, lenguaje, ciencias naturales y sociales, Nube saca a relucir lo que se encuentra en el corazón de las visitas pedagógicas, es decir, la experiencia de una salida enriquecedora, donde los alumnos conocen el lugar que visitan aplicando sus conocimientos y experimentando con nuevos materiales. De esta manera, Nube abre sus puertas a la práctica interdisciplinaria del arte que sucede en el taller del artista.
A fines de 2018 el equipo de Nube comienza a trabajar en el diseño de una serie de actividades artísticas destinadas a 1000 alumnos de distintos niveles escolares. Sabiendo que recibiría a niñas y niños de cuarto a octavo básico, el equipo investigó, ideó, planificó y construyó bitácoras que abordan los contenidos educativos de los programas de estudio correspondiente a cada nivel. Así fue como nacieron las actividades Tetris, para alumnos de cuarto básico en las áreas de matemática y geografía; Capas Terrestres, para alumnos de sexto básico en el área de ciencias naturales; Amuleto, para alumnos de séptimo básico en el área de ciencias sociales y finalmente Con filtro para los alumnos de octavo básico en el área de lenguaje y comunicaciones. Todas ellas basadas en la idea del aprender haciendo e inspiradas por la pedagogía de la experiencia.
A partir de este extenso trabajo colaborativo, Nube puso en marcha su primer periodo de visitas pedagógicas que espera expandirse y acoger la creatividad de nuevos estudiantes en los próximos años.
Proceso y resultados de tres actividades mencionadas: Con filtro, Amuleto y Capas Terrestres.
[1] Mistral, Gabriela (1979). Magisterio y niño. Santiago. Editorial Andrés Bello, p.12.