Nuestra directora ejecutiva, Paula de Solminihac, fue invitada a participar en la miniserie “Liderazgos que importan”, conducida por el periodista Daniel Matamala. Esta serie, producida por la Comunidad de Liderazgo de Fundación Colunga, reúne a líderes sociales que están transformando, desde su quehacer cotidiano, el ecosistema de la niñez en Chile.
A lo largo de la entrevista, Paula conversó sobre arte, sensibilidad y curiosidad, y su profundo valor en los procesos educativos. Habló de la importancia de mirar los detalles, cultivar el placer cotidiano, reconectar con el cuerpo y romper la vergüenza de expresarse. Compartió cómo el arte entró en su vida y cómo se vive día a día en Nube Lab, y reflexionó sobre el rol que puede jugar en la educación y en la vida cotidiana.
Desde su mirada, hacer arte no es solo crear objetos, sino generar espacios de aprendizaje, afecto y transformación compartida. “La educación es un estado de curiosidad permanente: ganas de saber, de saber con la cabeza, con el cuerpo, de ejercitarlo, de aprenderlo, de compartirlo con otros” nos dice Paula. Y en ese cruce entre arte y educación, se abre una posibilidad donde aprender no significa acumular información, sino abrir la percepción, explorar lo que nos rodea, vincularnos con otros y crear nuevos significados.
Te dejamos con la editorial de Paula de Solminihac, escrita a propósito de esta entrevista.
Hacer no es solo producir. Hacer, cuando nace del arte, es una manera de tejer el yo con el mundo.
Una forma de conectar nuestro mundo interior con el afuera, y también con aquello que no se ve, pero que sabemos que existe.
En Nube, llevamos más de una década explorando ese hacer. No como resultado ni como técnica, sino como una práctica cotidiana, colectiva y profundamente humana. Desde el material sencillo, desde el juego, desde el error, hemos defendido el arte como una forma de conocimiento sensible, capaz de imaginar y crear sentidos junto a otros.
El podcast “Liderazgos que importan”, conducido por Daniel Matamala, me permitió hablar de esa experiencia: de cómo nació Nube, de cómo el arte entró en mi vida —y en la vida de tantas personas con las que hemos trabajado—, y de por qué creemos que hacer arte —en serio, en comunidad y con los pies en la tierra— puede transformar la manera en que nos relacionamos, aprendemos y habitamos el presente.
Un presente que necesita más curiosidad, más confianza, y la certeza de que todos podemos transformar lo que vivimos a partir de lo que sentimos. El arte no es un adorno ni un lujo. Es una forma de estar despiertos a los detalles cotidianos que constituyen la vida de todas las personas, sin distinción. Una expresión tan antigua como las pinturas del paleolítico y tan fresca como los primeros trazos de un niño.
Por eso, en Nube creemos que pocas áreas son más fértiles que la educación para despertar el potencial creativo que cada persona lleva dentro. Y que si queremos sociedades más resilientes, más justas y más conectadas, el arte debe ocupar un lugar central. No como discurso, sino como experiencia viva. Como me dijeron en el podcast: “un recordatorio permanente de lo que somos y de lo que podemos ser.”
Este episodio, producido por la Comunidad de Liderazgo de Fundación Colunga, fue una oportunidad para contar esa historia: la de un arte que se vive, que se comparte, que transforma. Y también para hacer una invitación. A quienes creen que necesitamos sociedades más empáticas, cooperativas, receptivas, imaginativas, apasionadas y comprometidas. A quienes intuyen que el arte, más que un resultado, es una ética que cultiva esos valores.
Les invito a ver el capítulo completo que le compartimos a continuación.
Paula de Solminihac
Directora ejecutiva de Nube Lab.