Ubicada en el cerro Las Cañas, hacia la zona más oriente de la ciudad, está la Escuela pública David Ben-Gurion que acoge a niñas y niños de pre-kinder a octavo básico. Es una escuela pequeña donde su directora -Claudia Vergara Guzmán- y equipo docente han tejido relaciones de uno a uno con sus estudiantes. Gracias a la colaboración con el Servicio Local de Educación de Valparaíso (SLEV) y la bienvenida de la escuela, Nube Lab tuvo la oportunidad de enviar actividades y realizar talleres de forma presencial con todos sus estudiantes.
Paula de Solminihac, directora ejecutiva de Nube Lab, tomó contacto con el Servicio Local de Educación de Valparaíso (SLEV) y su coordinador de convivencia, cultura y deporte Camilo Serra con la intención de llevar actividades de arte y educación diseñadas en Nube a las escuelas de Valparaíso. Camilo guió el proceso y actuó de enlace entre Nube y la escuela David Ben-Gurion precisamente por el interés de su directora en el desarrollo artístico de los estudiantes. Claudia Vergara ha visto los efectos positivos del arte en las distintas generaciones de alumnos. En años anteriores, formar a través del ejercicio artístico generó menos deserción escolar y atrajo a los estudiantes a la escuela permitiéndoles continuar el proceso educativo.
La llegada a Valparaíso estuvo previamente acompañada de comunicación a distancia. Nube había enviado materiales e implementos a la profesora Denisse Garrido para que ella junto a sus estudiantes de todos los niveles realizaran la actividad “En tú lugar”, un títere periodista con el cual se invita a reportar situaciones escolares y vecinales. Esta vez, de forma presencial, la propuesta fue realizar tres talleres distintos enfocados en el fomento de la creatividad y los aprendizajes interdisciplinares. Las actividades seleccionadas fueron “Timbres”, “Uslero” y “Encuadres”, todas adaptables para responder a los objetivos de aprendizaje de cada nivel.
Los más pequeños trabajaron en “Timbres” y “Uslero”, dos actividades donde se imprimen formas aplicando color y midiendo la cantidad de fuerza. Por ser actividades que involucran el movimiento del cuerpo en el espacio, las y los niños disfrutaron tanto de los materiales que tenían a su disposición como de las acciones para llevar el taller a cabo. El entusiasmo que les produjo, como mencionó la Coordinadora UTP Roxana Veliz, en gran parte se debió a la variedad de colores que pudieron utilizar a su gusto. Más allá de las figuras que quedaron impresas, los estudiantes tuvieron la motivación por decorar con pintura las partes vacías del papel hasta sentir que el trabajo estaba completado. “El hecho de poder repetir la pintura, tener y usar una paleta de colores ampliada les hizo brillar los ojos. Querían pintar sea cual fuera la actividad. Fue conmovedor. Una niña hizo un trabajo muy similar a un Mark Rothko”, dijo Javier Otero, artista-profesor en Nube Lab, quien fue parte del equipo en Valpo.
Con los niveles más grandes, se decidió trabajar en la actividad “Encuadres”. El proceso de “Encuadres” es más largo y abstracto, y además requiere de persistencia para llegar al resultado final. Esas fueron partes de las razones para aplicar el taller con los cursos avanzados. Lo revelador de esta actividad fue invitar a los estudiantes a ver su entorno, paisaje y escuela desde otra perspectiva. Los niños capturaron esas visiones a través del dispositivo (un rectángulo hecho de cartón y mica). Los materiales, a pesar de ser cotidianos y conocidos por la gran mayoría de los niños, fueron usados de otras maneras. La plasticina pudo también ser color y pintura. Como Catalina Pavez comenta “abrimos las posibilidades del mundo material para ellas y ellos, y las transformaciones que los mismos materiales permiten cuando impulsamos la creatividad o quizás solo salimos un rato fuera de los estándares convencionales de uso”.
Melissa Ferreira, también artista-profesora en Nube, narró la experiencia de la siguiente manera: “Comenzamos a hablar de las ventanas, de su vida en pandemia observando el paisaje y a los vecinos por la ventana. Salieron comentarios divertidos y reveladores de la experiencia del encierro y de la apertura actual luego de la cuarentena. Fue muy interesante que ellos pudieran mirar las cosas que se veían a través de la reja que divide a la escuela de los otros espacios, porque se fijaron en detalles muy lejanos y los captaron, hubo mucha agudeza en su mirada por seleccionar esas perspectivas preciosas que tienen para encuadrar. En muchos casos se fijaron en elementos que no habían visto antes o que genuinamente les llamaba la atención porque les producía misterio, como casas abandonadas. Además, pudimos reflexionar sobre la relación entre el dibujo sobre pantallas digitales versus estar dibujando a través de una mica transparente.”
Tanto niños, niñas y docentes trabajaron en conjunto. Las educadoras de primera infancia, las profes de básica y Coordinadora UTP (Unidad Técnico Pedagógica) hicieron las actividades con los estudiantes. Estuvieron abiertas a la experimentación, y en ese sentido fue enriquecedor para todos.
Tanto para los talleristas como para los participantes fue una experiencia nueva. Desde Nube, “fue muy interesante posicionarse y adaptarse a las características geográficas de los lugares.” como comenta Catalina Pavez.
En esta oportunidad concretamos el sueño de llegar a más partes del país, de expandir y adaptar El Método Nube de enseñanza a otros contextos con actividades prácticas para todos los estudiantes de la etapa básica. Ir visitando nuevos entornos, con sus características sociales y materiales, nos permitió conocer y potenciar sus recursos desde las artes, y seguir contribuyendo al desarrollo de comunidades creativas.